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sábado, 20 de septiembre de 2014

Música tradicional China.

Música tradicional China


Para hablar de la música tradicional China, se debe tener en cuenta que este país cuenta con un conjunto de regiones que a su vez tienen su propia música y tradiciones. La música tradicional china, hace referencia a la música clásica o sofisticada, que al igual que la ópera está ligada a la poesía y el drama.

Este tipo de música fue utilizada en sus inicios como un mecanismo de expresión de las sensaciones humanas, buscando, a través de su ejecución lograr calmar el sufrimiento y alcanzar un alto nivel espiritual. Una particularidad de la música tradicional China es el número de personas que tocan los instrumentos, ya que por lo general es tocada por una sola persona o por pequeños grupos.

Este tipo de música se caracteriza por ser instrumental, es decir, por contar con diversos instrumentos para su ejecución. Pese al paso del tiempo, en la actualidad se siguen conservando las melodías tradicionales, apoyadas en los instrumentos convencionales y que son los que establecen la principal diferencia entre la música occidental y la música tradicional China.
 
Inicialmente se categorizaba la música tradicional en función del instrumento que se utilizaba, de acuerdo con esto existían tres categorías musicales:
1. sizhu yue (música de instrumentos de cuerda y viento).
2. chuida yue (música de instrumentos de viento y percusión).
3. luogu yue (música de gongs y tambores)
En la actualidad esta categorización hace referencia a cuatro aspectos

(Instrumentos de viento, percusión, cuerda pulsada y cuerda frotada) y no a tres cómo se hacía anteriormente.

La música conocida en la antigüedad es el Youlan o también denominado como Orquídea Solitaria, cuya creación se le atribuye a Confucio, pero el primer gran florecimiento que se tiene absolutamente documentado es el guqin durante la Dinastía Tang, pero aun así se estima que este tipo de música ya se tocaba durante la Dinastía Han algunos años antes de la primera mencionada.

La concepción en la antigua China con respecto a los músicos es bastante particular, ya que no tenían el mismo estatus social de los pintores, pero sus creaciones eran consideradas como vitales para la armonía y la longevidad del estado, por lo que casi todas las dinastías tomaron muy en serio a la música folclórica teniendo oficiales que viajaban por todo el país recolectando canciones e inspeccionando la voluntad popular.

Uno de los clásicos más importantes de la música china es lo que se denominada como Shi Jing y que provenía del confucionismo, y en la cual se podían disfrutar varias canciones folclóricas que datan 800 a.c. hasta alrededor del 300 a.c.

Se sabe que el primer occidental que llevó un instrumento a China fue el presbítero Jesuita Matteo Ricci el cual presentó una Clave en la corte de la Dinastía Ming en 1601.

lunes, 15 de septiembre de 2014

Uruguay cada vez más oriental

El martes 9 en la Expo Prado el presidente José Mujica volvió a hablar de China. Esta vez no fue sobre la soja ni la pasta de celulosa. Fue el turno de los lácteos. Al cierre del clásico almuerzo con los dirigentes de la Asociación Rural del Uruguay, el mandatario anunció que en enero de 2015 viajará al dragón asiático en busca de nuevos mercados para la producción láctea uruguaya. Claro que sus declaraciones no son aisladas ni arbitrarias. De hecho, China es uno de sus temas predilectos. Más de una vez ha recordado su primera visita al gigante, hace más de medio siglo, cuando el país estaba "en otra estadía de desarrollo". Luego, pudo volver y ver a China "salir de la pobreza" y "hablar en el concierto mundial". 

En mayo de 2013, en una reunión en el Gran Palacio del Pueblo, en Beijing, Mujica y el presidente chino Xi Jinping se comprometieron a reforzar los vínculos existentes y suscribieron siete acuerdos de cooperación en áreas como educación, supervisión bancaria y minería. Y en medio de protocolos y alianzas diplomáticas, las cifras no podrían ser más contundentes. El comercio bilateral pasó de 2.629 millones de dólares en 2010 a 4.329 millones en 2012, año en que el gigante asiático se convirtió en el principal socio comercial de Uruguay.

Así las cosas, parece lógico que en este pequeño país del Sur, con solo tres millones de habitantes, el interés por China se haya disparado. Tanto en el ámbito cultural como en el comercial, cada vez más uruguayos se vinculan con esta potencia situada a 20 mil kilómetros y más de 30 horas de distancia. "El cambio ha sido espectacular y se nota", resume Eduardo Pietra, empresario lanero y presidente de la Cámara de Comercio Uruguay-China. La institución, que nuclea unas cien empresas de bienes y servicios, se fundó en 1986, dos años antes de que los dos países establecieran relaciones diplomáticas. "En aquel entonces el comercio era de unos poquitos millones de dólares y muy favorable a Uruguay, que le exportaba fundamentalmente lana, algo de cueros y pescados", recuerda. Hoy, en la cima de las exportaciones están la soja, la pasta de celulosa y la carne vacuna (el país es el segundo abastecedor, solo por detrás de Australia). De China, llega de todo, desde productos baratos hasta tecnología de primer nivel. "La calle está llena de autos chinos, pero también hay computadoras, televisores, pilas, martillos... Y como pasa en todos lados, en China se produce toda la gama de productos, no todo es igual de calidad ni de precio", explica Pietra.

En los hechos, los vínculos comerciales fueron los que en muchos casos despertaron el interés por la cultura y el idioma milenario. "Hoy, los móviles para estudiar chino son los mismos que te llevan a aprender inglés. Hay gente que ya sabe que es el futuro, hay gente que lo sospecha y hay gente que recién se está dando cuenta". 

A nivel terciario, todas las universidades privadas ofrecen la posibilidad de estudiar el idioma. La Universidad de la República, en tanto, ultima los detalles de un convenio con la Universidad de Quing Dao para instalar el primer instituto Confucio en Uruguay. El centro ya tiene sede asignada y se prevé que abra sus puertas en el primer semestre de 2015, adelantó Kou Zegang, encargado cultural de la embajada de China en Uruguay.

Y así como el idioma chino suma cada vez más adeptos en Uruguay, el castellano también vive un momento de auge en oriente. Desde hace tres años grupos de entre 30 y 40 alumnos de la Universidad de Harpin, al Norte de China, llegan a perfeccionar su español a la Facultad de Humanidades de la Universidad ORT. "Acá estudian el idioma, aprovechan el ambiente y el acercamiento con la gente para practicar. Y después de un año regresan a China para su graduación", explica Kou. A los estudiantes, dice, les gusta Uruguay y se adaptan fácilmente. "Son chicos de la China actual, más occidentalizada, y además vienen con preparación del idioma. Pero cuando se mueven en grupo siguen llamando la atención en la ciudad". Es que en Uruguay la comunidad china no supera las 300 personas.

Además, como parte del convenio de intercambio cultural -que en este sentido todavía es "unilateral", aclara Kou- cada año el gobierno chino otorga becas completas de estudio (solo hay que pagar los pasajes). Este 2014 fueron siete: un doctorado, dos maestrías y el resto para estudiantes de carreras de grado o de formación en idioma chino. "Los uruguayos se interesan cada vez más", resume Kou. "Para los comerciantes es beneficioso conocer las costumbres de las personas con las que cierran negocios y para los estudiantes es una oportunidad de ampliar sus horizontes".

 

Si el idioma y las costumbres ofician como barrera, el fútbol es, sin dudas, la llave de acceso. En uno de sus primeros viajes a China, hace más de 20 años, Eduardo Pietra se tomó un taxi y el conductor, tras preguntarle en un rudimentario inglés de dónde era, fue capaz de pronunciar el nombre de Ruben Sosa. Más acá en el tiempo le sucedió lo mismo con Diego Forlán y Luis Suárez. "Es cierto, los chinos conocen a Uruguay por su fútbol. Después, no saben mucho más", admite Kou.

Pero el fútbol no solo es lo que más conecta a los orientales con Uruguay, sino una actividad que facilita la integración. Para Mariano Fernández, que vive en Beijing desde 2008, donde estudia Economía con una beca, este deporte le permitió acercarse a los locatarios. "A la mayoría de mis amigos chinos los conocí a través del fútbol. Muchas veces después de un entrenamiento nos juntamos a cenar e, inevitablemente, siempre terminamos en un karaoke", cuenta. En esto también hay coincidencia, el karaoke es la principal salida nocturna y fuente de diversión de los jóvenes chinos.

Para los uruguayos, en las grandes ciudades la primera impresión siempre es aglomeración e inmensidad. El aeropuerto, el metro, las calles, los edificios y hasta los ascensores están hechos para ser utilizados de forma masiva. "Todo eso impresiona. Y China no es tan parecida a como la había visto en televisión", resume Mariano. Lucía coincide, agrega que "cuando llegás no entendés nada" y cierra con un comentario alentador: "Es un shock porque todo es distinto, pero a la semana te das cuenta de que no es tan grave".

Eduardo Pietra viajó a China por primera vez en 1988 y desde entonces unas veinte veces hizo el trayecto que, de la puerta de su casa a la habitación del hotel, insume un mínimo de 36 horas. Todavía recuerda la imagen que lo recibió aquella primera vez en Beijing: una ciudad con calles angostas repletas de bicicletas, animales, peatones y muy pocos autos donde la mayoría de la gente iba vestida de traje Mao gris o azul. 

"Pero la China de hoy... Esas mismas calles se convirtieron en autopistas con cinco carriles y canteros de flores. En el barrio Pudong, donde antes se plantaba arroz, ahora hay edificios de 90 pisos y hoteles cinco estrellas. Circulan los autos más impresionantes y hay miles y miles de millonarios", cuenta el empresario.
En aquellos primeros viajes, ser occidental llamaba la atención y tenía sus costos. A las risas, recuerda cuando junto a un par de colegas laneros los miraron como "bichos raros" en el zoológico de Xian, una ciudad más al centro del país. "Estábamos delante de un panda marrón, que es un animal rarísimo, y de repente nos dimos cuenta de que atrás nuestro había 20 chinos que nos miraban a nosotros, que éramos más raros todavía. Hoy, sobre todo en las grandes ciudades, todo se ha vuelto mucho más cosmopolita".

De la mano de la apertura política y el desarrollo económico China se occidentalizó sin perder su esencia. "Venimos abriendo las puertas desde hace más de treinta años y eso ha resultado beneficioso para todos... pero perder lo propio es imposible. Quizás occidente se dé cuenta de lo valioso de la cultura china, la asimile y la vuelva algo más internacional. No importa de dónde viene, porque cuando algo es bueno eso basta", dice Kou.

A quienes se animen a dar un primer paso hacia las tierras del dragón, Kou les recomienda empezar por las ciudades grandes -como Beijing o Shanghai- y llegar con alguna noción del idioma. Para comprender su cultura hay que insistir. "No es fácil al principio, sobre todo porque tenemos una forma de pensar totalmente diferente, pero el que persevera, lo consigue".

Murga, cometas y kung fu

"No sabíamos cómo iban a reaccionar, pero creo que se lo tomaron con mucho humor", dijo Rodrigo "Lolo" Maya, uno de los integrantes de la murga Agarrate Catalina, tras su presentación en el Teatro Fengshang de Beijing, en mayo de este año, donde el colectivo interpretó una canción que cuenta la historia de un abuelo que desea que el novio de su nieta no sea -entre otras cosas- ni judío, ni boliviano, ni chino, en una irónica crítica al racismo. La actuación formó parte del acuerdo de intercambio cultural entre ambos países y fue la primera gira de la Catalina por los cinco continentes. "Viajaron 26 personas y la iniciativa resultó muy exitosa", dice Kou Zegang, encargado cultural de la Embajada China en Uruguay.

Fuentes:
http://www.elpais.com.uy/domingo/uruguay-vez-mas-oriental-china.html
http://www.lr21.com.uy/wp-content/uploads/2013/01/bandera-uruguaya-y-china-brecorder.com_.jpg
 


sábado, 13 de septiembre de 2014


En España, hasta los bebés aprenden chino pensando en su futuro laboral



«¡Xiang Jiao! ¡Banana!», dice Fu Huijuan, sonriendo mientras muestra la fruta a León, su pequeño alumno de tres años que apenas ha empezado a hablar y ya está aprendiendo chino mandarín, como muchos españoles con la esperanza de un mejor futuro laboral. «Xiang jiao», repite León, con su vocecita.

La clase de Fu, gratis el primer mes, es la nueva actividad extraescolar para los niños de la guardería privada TEO de Madrid y los padres confían en que más tarde sirva de ayuda para sus hijos.
Numerosas escuelas y academias de idiomas han empezado a ofrecer estas lecciones a españoles que miran a China como una oportunidad tras cinco años de crisis en España.
«Me parece un idioma fundamental en el mundo en el que vivimos, y la mejor manera de aprender el chino es de pequeño», dijo la madre de León, Sara Vergara.

«Es una estrategia de largo plazo, para oportunidades de trabajo en el futuro», añadió Vergara, una ama de casa de 33 años, asegurando que su hijo «parece estar disfrutando».
Pilar Álvarez, directora de TEO, señaló que la guardería empezó con estas clases de chino tras ver que otros colegios madrileños también lo hacían.

«Después de la segunda y de la tercera clase yo creo que sí que van enganchándose», afirmó, añadiendo: «Nos estamos planteando introducirlo un poco para todos los niños en horarios normales».
Los gobiernos regionales también están introduciendo el chino en sus centros de idiomas, mientras algunas escuelas públicas lo ofrecen como una actividad extraescolar.
Un programa de clases gratis creado conjuntamente por el ejecutivo regional andaluz y el gobierno chino ha visto cómo sus alumnos se han duplicado en dos años hasta 1.200 este curso, según la consejería (ministerio regional) de Educación.

La consejería considera que en torno a 30.000 personas estudian chino en España, aunque no hay datos del ministerio español de Educación.
China «se considera que será la primera potencia mundial dentro de pocas décadas», señala la consejería andaluza en un comunicado, lo que «ha propiciado el actual auge en el número de personas que estudian su lengua y su cultura» La red de escuelas de idiomas de Madrid enseña chino desde los años 60, pero la demanda ha crecido mucho recientemente, explicó María José García-Patrón, directora general de Educación Secundaria de la consejería de Educación de Madrid.

«La demanda de estas enseñanzas se ha mantenido estable durante 40 años, en torno a los 80 o 90 alumnos matriculados, pero en los últimos diez años el número de alumnos matriculados se ha incrementado notablemente hasta alcanzar cifras en torno a los 300 alumnos», aseguró.
Los estudiantes de chino españoles, incluso los más jóvenes, no parecen asustarse por su extraño sistema de escritura y entonaciones. «Es un poco difícil de escribir, pero creo que enseñar a los niños solo a hablar es fácil», dijo Fu.

Fu, de 25 años, llegó a España hace seis meses y entró a trabajar en Bambú Idiomas, una academia privada que organiza clases para colegios y particulares de todas las edades. «En España hay muchas oportunidades. Hay muchas familias que necesitan profesores chinos, y ahora muchas guarderías», afirmó.

 Fuentes:
 http://www.elpais.com.uy/el-empresario/espana-hasta-bebes-aprenden-chino.html
http://www.china-family-adventure.com/image-files/learn-chinese-for-kids.jpg